domingo, 29 de julio de 2012
miércoles, 25 de julio de 2012
Una foto en Facebook
Mi
hermano ha colgado una foto en Facebook. En ella
salimos Veronika y yo en Ancha
de Capuchinos (Granada), sentados
en la terraza del Verona. Estamos
como somos, sin afeitar, desayunando
en el barrio: graffitis en
persianas y las cajas de fruta en mitad
de la calle. Detrás nuestra una
señora de pelo gris apura su
cigarro y sujeta la
correa de un perrillo mientras
bebe un café. Cuatro
personas le han dado a “me gusta”, yo incluido.
Los otros son: -Maribel
Franco, una amiga de Granada que conoce
la calle y la terraza y que recordará tal vez mejor que yo aquellos
primeros años en que coincidimos en una
placeta vieja del Albayzín entre risas, guitarras, mariguana y masajes. -Ricardo
González, un compañero del trabajo
en Barcelona -su pareja es polaca, de Polonia- con quien
hice buenas migas y a quien siempre le sorprendió conocer,
hoy en día, a un poeta “de verdad”. -Y el
otro es Canek, un amigo y un
músico también de Barcelona (en
realidad, de México) que debe
verme, supongo, diferente
por el corte de pelo pero en
buena compañía y recordar
las noches y los días que pasamos
en torno de la música, la fiesta,
las mujeres y la complicidad. Mi
hermano ha colgado esta foto reciente,
de su visita en mayo, pero yo
ya no vivo en aquella ciudad ni Veronika
en esta parte de Europa y esa
mujer que fuma girando la
cabeza hacia el pasado se me hace el símbolo evidente que algún
artista cósmico ha pintado
en la escena -como en
una tablilla medieval- a modo
de advertencia.
sábado, 21 de julio de 2012
jueves, 12 de julio de 2012
Los monstruos tienen madre
Todos los hombres no son iguales, sino que hay monstruos entre ellos,
no se sabe por qué, pero este fenómeno es frecuente;
nosotros, los demás hombres, los vemos y damos fe de ello.
Unos son por la estatura, y son gigantes o enanos;
otros, por el sexo, y son inversamente hembras u hombres;
otros, por la cara, y son cerdos hidrocéfalos.
Los hay patizambos que andan como extrañas jirafas;
otros no andan: nacen sin piernas y con un gran pecho.
Algunos (estos están en los asilos) no tienen ojos;
otros miran sin ver y no son ciegos:
su cerebro es furioso y les gusta matar.
Hombres son y lo sabemos, unos y otros;
sus padres, sus hermanos, sus hijos, también lo saben.
Su madre los defiende y los cuida; humanos son y lo sabemos;
ella lo sabe más. Del paraíso maternal cerrado no los arroja.
¿Qué pecado habían de hacer? Los acaricia.
Los monstruos tienen madre, comen de la manzana, beben, roen del pecado.
Los demás hombres que no son dioses, los de abajo,
cómo han de ser; tal como son viven; trabajan por el pan, comen, beben
a veces se emborrachan y pegan a sus hijos.
¿Qué pueden hacer? La omnipotencia no es suya.
Cada día ríen, a veces lloran sin lágrimas;
son hombres de aquí. Un sueldo, su madre, su mujer,
el traje viejo, las botas; a lo mejor, si hay suerte, un coche;
botellas de champán brillantes, juerga:
hombres de todas clases hay.
En el fondo se dicen: hermanos monstruos, ¿qué diferencia hay?
Los hombres no podemos, aunque queramos, hacer nada.
Dios lo sabe.
Juan Bernier,
Poesía completa,
Pre-Textos, 2011.
Gracias, J. A. , por regalarme este magnífico libro, de cuando los poetas todavía usaban el punto y coma.
martes, 3 de julio de 2012
Opio y fútbol
En realidad, todo podría resumirse en la célebre máxima romana: "pan y circo". Primero definamos el poder como un entramado de instituciones político económicas que dominan la sociedad a través de los medios de comunicación. El poder a lo largo de la historia ha tratado de dominar las manifestaciones culturales de la sociedad (o pueblo) para ejercer su dominio sobre ella. Ha tratado -y en buena parte, logrado- dominar, por ejemplo, a la literatura mediante la censura o para defender los conceptos que le eran propicios, como el concepto de patria, nación, honor, matrimonio, etc. Recomiendo leer, en este sentido, un artículo imprescindible de Even-Zohar con el significativo título de La Función de la literatura en la creación de las naciones de Europa. Por otra parte, el poder es consciente de que debe ofrecer al pueblo una serie de vías de escape (o katarsis) para que libere la energía reprimida por un estado/poder castrante/castrense. Sobre esto coinciden Bajtin y Foucault, entre otros muchos. Actualmente, uno de los principales medios de ofrecer a la vez una vía de escape (katarsis) y una distracción (circo) es la mediatización del deporte en general, pero sobre todo del fútbol. Las masas adocenadas repiten cual papagayos lo que han escuchado al locutor de televisión o leído en la prensa. Hemos hecho historia, hemos entrado en la leyenda, porque ninguna selección del mundo había conseguido antes ganar tres títulos internacionales seguidos, dice el periódico, dice el locutor, dice Iniesta, dice Plácido Domingo, dice el Príncipe de Asturias, dice el Presidente del Gobierno, dicen los borrachos a los que entrevistan en cada ciudad la noche de la celebración. ¿Qué queda de esos individuos? ¿No son como ovejitas alienadas repitiendo el beee, beee, beee que les han "ordenado" hipnóticamente repetir, y comportándose como tal? ¿Qué están celebrando, un aumento de sueldo, haber resuelto una ecuación, haber ligado a la chica de sus sueños? ¿Celebran haber visto un gol de un mérito increíble y una estética sublime? No, desde luego, pues si hubiera perdido "España" ante un golazo de "Italia" no estarían exaltados de júbilo. No, celebran el concepto de nación, celebran el sentimiento nacionalista o patriótico, el ideal romántico de pertenencia a una colectividad identitaria, a un estado idealizado a base de tópicos, un estado que los utiliza, maltrata, margina, engaña, miente y manipula. Eso celebran.
Poema visual: España. Homenaje a Brossa de Jorge Díaz Martínez
domingo, 1 de julio de 2012
Suscribirse a:
Entradas (Atom)