LOS 11 MEJORES LIBROS DE POESÍA EN
CASTELLANO DE 2011
Sin
duda, este ha sido un buen año para la poesía en nuestra pequeña república de
las letras. Se ha publicado mucho, lo cual es muy normal, y muy bueno, lo cual
ya no es tan normal. Por mi parte, he elegido los once libros de poesía de dos
mil once que me han parecido más dignos de aparecer en semejante ejercicio de
relativización. Se trata de once libros de poesía escrita en castellano, por lo
que no se incluyen traducciones. Es una lista centrada en el panorama editorial
español, es decir, en lo que llega aquí con cierta facilidad, aunque haya
alguna excepción a esta regla. Cada uno de los seleccionados relevante debido a
diversas consideraciones, algunos pertenecen a poetas que ya figuran con
claridad en lugares destacados de nuestra tradición, otros son portadores de voces
muy distintas que están construyendo el mejor presente para la poesía en
castellano, hay también alguna antología, y muchas novedades aparecidas en estos
últimos coletazos de 2011.
1. Juan Andrés García Román, La adoración, DVD ediciones.
2. David Leo García, Dime qué, DVD ediciones.
3. Jorge Riechmann, El común de los mortales, Tusquets.
4. Juan Antonio Bernier, Árboles con tronco pintado de blanco, Pre-Textos.
5. Antonio Martínez Sarrión, Farol de Saturno, Tusquets.
6. Berta García Faet, Introducción a todo, La Bella Varsovia.
7. Luna Miguel, Tenían veinte años y estaban locos, La Bella Varsovia.
8. Luna Miguel, Pensamientos estériles, Cangrejo Pistolero Ediciones.
9. Juan Carlos Reche, Para los años diez, Casa Editorial HUM.
10. Martín Rodríguez Gaona, Codex de los poderes y los encantos, Olifante.
11. Jesús Aguado, El fugitivo, Vaso Roto.
Parecía
muy difícil que Juan Andrés García Román pudiera satisfacer las expectativas
levantadas ante la fascinación que causó su primer libro, El fósforo astillado. No sólo lo ha
conseguido sino que las ha superado con creces. La adoración no es simplemente el mejor libro de poesía de 2011,
sino un hito en la historia de la poesía en lengua castellana. Dime qué podría considerarse como el
primer poemario de David Leo García, entendiendo que lo anterior era algo más
parecido a un ejercicio escolar, en cambio ahora encontramos una voz
absolutamente contemporánea, vanguardista, refrescante y a la misma vez muy técnica
y experimentada, una apuesta hacia la apertura de las formas y tonos, dirección
compartida, aunque cada uno a su modo, con García Román. El común de los mortales, de Jorge Riechmann, continúa en la línea
comprometida y de denuncia social característica de su autor y viene a
refrendar la validez de una poética sin duda necesaria en cualquier tiempo. Árboles con tronco pintado de blanco, de
Juan Antonio Bernier, avanza un paso más en la maduración de unas elecciones, a
día de hoy, si cabe, más difíciles, manteniendo las mejores características de
un estilo sosegado, contenido y profundo, y afilando una vez más su lápiz neosimbolista
a la caza de elucidantes aforismos y atmósferas. Farol de Saturno, de Antonio Martínez Sarrión, llega como un inesperado
regalo de ancestrales raíces pero vivas, como un vino largamente fermentado en
barricas de roble castellano, es la voz de un patriarca que nos brinda sus
últimas sostenidas y ásperas canciones. Introducción
a todo, de Berta García Faet, representa, desde el título, desenfado y juventud
impetuosa, una lectura ágil, divertida, irreverente, de sonrisa contagiosa y
por lo tanto llamada a desbordarse, pero nada de ingenuidades literarias, sino
el fruto de una labor consciente y calculada. Tenían veinte años y estaban locos, la antología de la joven poesía
española compilada por Luna Miguel, es ya desde su nacimiento una referencia
obligada y reveladora de la riqueza, diversidad y renovación de un futuro muy
próximo para la poesía peninsular. Pensamientos
estériles, de Luna Miguel, si bien no ha supuesto ninguna sorpresa respecto
a su anterior poemario, tiene el valor de mostrar la evolución de una de las poetas
más influyentes en el panorama poético actual. A partir de las posiciones
señaladas en Poetry is not dead, donde
ya se manifestaba una actitud arriesgada y empeñada en la superación de planteamientos
pretéritos, se constata la fluidez que ha ganado su discurso, y es de
esperar que la joven autora continúe en esa línea. Para los años diez, antología de poetas españoles contemporáneos
realizada por Juan Carlos Reche y editada en Uruguay, no ha tenido por el
momento distribución en España. Se trata de una antología cuestionable sobre
todo en algunos planteamientos del prólogo pero muy atractiva gracias a los
poemas, muchos inéditos, y a los interesantes, aunque escasos, poetas
incluidos, además de por la serie de entrevistas personalizadas que los
acompañan. Codex de los poderes y los
encantos, de Martín Rodríguez Gaona, es un libro tan oceánico como su autor,
uno de estos poetas cuya trayectoria literaria y vital lleva a poner en
evidencia la fragilidad de las fronteras nacionales en cuanto a literatura se
refiere. El libro, por supuesto, no refuta tampoco su identidad andina, sino
que, al contrario, la asume con la naturalidad, más que de una reivindicación
histórica, de una realidad presente, y sobre todo como parte configuradora de
un objeto estético en el que la estética no elude ni escapa de la historia,
sino que le saca partido. El fugitivo, la
poesía reunida -de entre la publicada hasta el momento- de Jesús Aguado, es un
afortunado signo hacia la canonización de un poeta cuya
importancia nunca está de más recordar para recordar, de este modo, que la
honestidad heterodoxa y la independencia literaria deben comportar también, mejor
pronto que tarde, su merecido reconocimiento.