Shiranami. Olas blancas. Cien poemas japoneses del mar.
Ediciones Hiperión, 2020.
Las librerías son esos lugares presuntamente condenados a desaparecer que ofrecen la posibilidad de dejarse llevar por el azar de una lectura imprevista, alejada de cálculos, programas y recomendaciones literarias. Ahora incurro yo en el vicio de recomendar el que fuera mi encuentro veraniego, mi enamoramiento poético estival. Esta colección de haikus y tankas japoneses pareciera venir, en mi caso personal, a clausurar un ciclo de escritura, a ponerle la guinda a una costumbre, pues después de todo un curso viviendo en Algeciras, escribiendo poemas a la orilla del mar, con no pocos haikus y algún que otro tanka dedicados a las olas, me encuentro a posteriori con la tradición de referencia, como si me hubiera hecho merecedor de ella, en los estantes de una antigua librería de Córdoba ―la Librería Luque, para más señas.
Así que el libro liviano me acompañó mis tardes de paseo en bicicleta para hacerme sentir, una vez más, a la orilla del mar, lo que en verdad no estaba tan alejado de la realidad: hasta Córdoba llega el mar, remontando por las aguas del río Guadalquivir, a cuya vera he leído embelesado la transliteración de los versos japoneses, milenarios suspiros llenando de salitre las páginas de esta traducción que hemos de agradecer a Ediciones Hiperión.
Lo demás, lo que se debe decir en las reseñas, lo dejo a vuestra curiosidad.