blog de Jorge Díaz Martínez

jueves, 21 de julio de 2011

Ausencia, Wislawa Szymborska

 
   
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 
 

AUSENCIA
  
   
   
   
   
   
  
   
   
  
Faltó poco
y mi madre podría haberse casado
con el señor Zbigniew B. de Zdunska Wola.
Y si hubieran tenido una hija, no habría sido yo.
Quizá habría tenido mejor memoria para los nombres y las caras,
y para las melodías oídas una sola vez.
Habría reconocido sin problemas qué pájaro era cuál.
Habría tenido unas notas fantásticas de física y de química,
peores de lengua,
pero habría escrito a escondidas poemas
de entrada mucho más interesantes que los míos.


Faltó poco
y mi padre podría haberse casado en ese mismo momento
con la señora Jadwiga R. de Zakopane.
Y si hubieran tenido una hija, no habría sido yo.
Quizá hubiera sido más terca en lo de salirse con la suya.
Y se habría lanzado sin temor a aguas profundas.
Capaz de abandonarse a emociones gregarias.
Vista permanentemente en varios lugares al mismo tiempo,
pero rara vez entre libros, más a menudo en la calle
jugando a la pelota con los chicos.


Quizá incluso se hubieran encontrado ambas
en la misma escuela, en la misma clase.
Pero no habrían sido amigas,
no habrían tenido ningún parentesco,
y en las fotos de grupo estarían lejos una de otra.


Niñas, poneos ahí
-habría dicho el fotógrafo-.
Las más altas delante, las más bajas detrás.
Y sonreíd cuando os de la señal.
Pero contad antes 
si estáis todas.


-Sí, señor, estamos todas.
  
   
   
   
   
   
   
   
   
  Wislawa Szymborska