blog de Jorge Díaz Martínez

domingo, 31 de enero de 2021

La revolución española vista por una republicana, de Clara Campoamor

 



La revolución española vista por una republicana

Clara Campoamor

Edición de Luis Español Bouché

Renacimiento (2005)

 

En España, los muertos están más vivos que en cualquier otro país del mundo.

F. G. L.

 

Empecemos por lo anecdótico: se da la paradoja de que el texto que ha llegado hasta nosotros es una traducción al español de una obra escrita en español, pero publicada en francés (Librairie Plon, París, 1937, traduit de l’Espagnol par Antoinette Quinche). Hemos de asumir, por tanto, que el mecanoscrito original se esfumara en la convulsa mitad del siglo XX europeo.  

Su lectura recuerda a Homage to Catalonia, de George Orwell, pues, aunque en lenguas y estilos diferentes, ambas obras comportan una crítica desde dentro de la zona republicana y ambas son prácticamente coetáneas a los hechos que relatan, incidiendo en las crueldades que, fruto del fanatismo, allí se produjeron. No resulta, pues, extraño, cuando  la actualidad de la política española nos recuerda ―viene siendo una muletilla repetirlo― a los antecedentes de la Guerra Civil, con las mismas tendencias ideológicas representadas en el parlamento, a veces bajo las mismas siglas, y la crispación del auge de los extremismos, que un título que airea los trapos sucios de la República resulte tan incómodo, como demuestra el silencio historiográfico que suscita.

La mayor parte de los artículos académicos sobre Clara Campoamor se refieren a su biografía ―paralela a la de tantos intelectuales de izquierda abocados al exilio― y a su lucha en favor del voto femenino, pero, por el momento, ignoran este opúsculo, escasamente citado, y cuya temprana redacción lo convierte, en palabras de su traductor, Luis Español Bouché, en “la más antigua fuente editada sobre los primeros meses de nuestra guerra en el bando republicano”. Se hace notar el matiz. El traductor asume que nos encontramos ante una “fuente”. Efectivamente, lo que se considera hoy como un libro de historia es el que utiliza un método científico para el análisis del pasado, para explicar el presente y para predecir el futuro. Clara Campoamor no se sirve de un método científico, su estilo se corresponde con el del artículo periodístico, pero presenta los hechos ordenados cronológica y temáticamente, dándoles una interpretación que resulta, como no podía de ser de otra manera, indisociable de su punto de vista político, además de ofrecernos predicciones de futuro que, dicho sea de paso, han resultado acertadas.

Todo ello está explícito en un título que puede llevar a equívoco. No es un libro sobre la Guerra Civil, sino sobre la revolución llevada a cabo en la zona gubernamental por los distintos grupos de la izquierda, una revolución que se nos cuenta desde el punto de vista de una republicana, es decir, lo que en el contexto político español de la época significaba que Clara Campoamor no se consideraba a sí misma ni comunista, ni socialista, ni anarquista, ni sindicalista, sino ―algo muy diferente― una republicana liberal. Y una que, para más inri, después de haber conseguido, mediante su participación activa en el parlamento, entre otras cosas, el voto femenino, fue condenada al ostracismo de la izquierda a partir de las elecciones de 1933 ―las primeras en las que, paradójicamente, se legalizaba en España el sufragio universal femenino―.

En esta obra, por tanto, Campoamor se despacha a gusto, primero, con la política llevada a cabo por los distintos gobiernos republicanos, tanto de izquierdas como de derechas, y segundo, con las luchas intestinas de la izquierda, sin dejar tampoco de mencionar los fanatismos del ala sublevada. En fecha tan temprana como 1937, desacredita el maniqueísmo de la prensa internacional sobre la Guerra Civil Española, deconstruyendo el binomio de fascismo vs democracia y denunciando, entre otras cosas, la invalidez del gobierno republicano, los excesos de la revolución, la injerencia soviética y la dimensión internacional del conflicto, el papel de las sociedades secretas, etc.

            Una lectura, en todo caso, recomendable para quien quiera adentrarse en los entresijos de nuestra historia reciente con una mirada crítica y libre de simplificaciones totalizadoras, una historia que sigue dando coletazos porque, como decía García Lorca, en este país, los muertos están más vivos que en cualquier otro país del mundo.