blog de Jorge Díaz Martínez

domingo, 27 de octubre de 2024

La primera novela de Pablo García Casado: La madre del futbolista

 Reseña publicada en Cuadernos del Sur, del Diario Córdoba.

https://www.diariocordoba.com/cuadernos-del-sur/2024/10/26/madre-futbolista-110413849.html


Pablo García Casado

LA MADRE DEL FUTBOLISTA

Visor Libros, 2022

 

Por Jorge Díaz Martínez

En una antigua entrevista, Pablo García Casado declaraba no disponer del músculo necesario para escribir narrativa. Años después, el poeta, tantas veces acusado de excesivo prosaísmo ―su poesía siempre ha levantado ampollas y envidias―, ha terminado por darle el gusto a sus críticos, demostrando al mismo tiempo que no llevaban razón. Su primera novela, La madre del futbolista, está lejos de incurrir en los vicios estilísticos en los que suelen caer los poetas metidos a novelistas. Cierto que su poesía ya venía depurada de retóricas manidas ―en favor de una sintaxis cuasi cinematográfica― e incluso que esta novela bien podría interpretarse como un poema expandido ―a partir de unos versos anteriores―, pero aquí el escritor mete un cambio de marchas diferencial: una prosa rasante que no se separa un centímetro del suelo, sin insomnes monólogos de interior ni intrincadas figuras de expresión, llevada con suavidad por un narrador omnisciente, pero no del todo ausente, que se asoma en incisivos adjetivos e integra en su textura la mirada de los protagonistas, a quienes conocemos ―un poco al modo del iceberg de Hemingway― a partir de sus acciones objetivas y puntuales diálogos de clase media baja.

La obra recolecta las principales obsesiones que el autor ha ido diseminando en sus poemarios: el decorado humano de las urbanizaciones de extrarradio ―símbolo de los márgenes del canon literario y del canon social―  en Las afueras (1997); los viajes de carretera y «ese niño de 11 años que descubre a su mamá/ en un vídeo acompañada de otros hombres» en El mapa de América (2001); la precariedad económica en Dinero (2007); las cuestiones parentales en García (2015) y el submundo de la pornografía en La cámara te quiere (2019); además de su conocida afición futbolística.

Citándolo de nuevo, la vida que nos muestra es la de «un telefilme de bajo presupuesto» donde la progenitora que da título a la obra escapa como puede de unas turbias relaciones familiares, laborales y conyugales, donde la amistad se cimenta en base monetaria y una chapucera productora pornográfica comparte página con corruptelas político-inmobiliarias. En este entorno opresivo, la madre protagonista sobrevive a contrapelo con la mayor dignidad asequible, sin pájaros en la cabeza ni más preocupaciones que llenar la nevera. Sus breves lapsos de alivio coinciden, curiosamente, con el ambiente sórdido del sobresueldo erótico al que tanto sus apuros económicos como su necesidad de salirse del tiesto la empujan.