Reseña publicada en Cuadernos del Sur, del Diario Córdoba.
CADA UNO ES MUCHA GENTE
Pablo García Casado
XLVIII Premio Ciudad de Burgos
Visor Libros (2025)
Por Jorge Díaz Martínez
Pablo García Casado siempre ha sacado poesía de donde pocos la buscaban: una
estación de la ITV, el mitin de un partido, una reunión de trabajo, un programa
deportivo o el monólogo interior de un viajante de comercio. Aunque a priori no
deberían considerarse unos espacios como más o menos poéticos que otros, lo
cierto es que estas elecciones dotan a su escritura de un realismo aún más
exacerbado, no tanto por los escenarios en sí como porque el autor integra el
sociolecto lleno de tales entornos en una estructura formal innovadora. La
fórmula original de García Casado da lugar a un modelo textual característico,
de su cuño y letra, que encontramos de nuevo repetido, en poemas de mayor
extensión, en Cada uno es mucha gente, el único de sus títulos publicado gracias
a conseguir un premio de poesía, el Ciudad de Burgos.
Como siempre, García Casado nos ofrece un conjunto de poemas de realismo
social en el que se alternan las voces de distintos personajes. Sin embargo, en
esta ocasión se trata, seguramente, del más lírico de sus libros, en el sentido
de que aquí el autor se incluye a sí mismo como objeto de escritura. La técnica
literaria atesorada a lo largo de años en los márgenes del canon, ese tipo de
poema inconfundible que huye de los metros pisoteados y de las retóricas
manidas, es puesta aquí al servicio de la propia intimidad del escritor, sus
espacios urbanos y su flujo de conciencia, lo cual tiene como efecto secundario
que éste sea también el más cordobés de sus libros. Las planicies norteamericanas
se han sustituido por el barrio de Santa Rosa.
La poesía de García Casado ha evolucionado desde el ritmo visual de Las
afueras (1997), pasando por el versículo largo de El mapa de América (2001),
hasta el discurso en rectángulos de todos sus siguientes títulos: Dinero (2007), García (2015) y La cámara te quiere (2019). Pero, más allá de esta
expansión superficial, en el fondo su poética sigue fiel a sí misma. Su débito
manifiesto con la obra de Raymond Carver, uno de los principales representantes
del realismo sucio norteamericano, se aprecia tanto en sus recursos expresivos
(la frase corta y directa, tendente al minimalismo, y el ritmo entrecortado)
como en su centro de interés: los sustratos menos favorecidos de nuestra
sociedad y una mirada cruda hacia las relaciones humanas, teñidas por sistema de
interés mercantilista, como el motivo del comercio sexual, al que dedica la
novela La madre del futbolista (2022), o acartonadas por su mecanización. A
esta paleta se añade, a partir de García, la temática de la paternidad.
En definitiva, Cada uno es mucha
gente es una obra coherente con la línea estética de un autor acostumbrado a
que sean otros los que hablen en sus versos, pero también su libro más cercano
y personal. El artífice de voces y escenarios se ha colocado a sí mismo delante
de la cámara.
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Foto: Jorge Díaz Martínez |